<< Más allá de la vida y la muerte >>

MAS ALLA DE LA VIDA Y LA MUERTE

Propuesta de intervención para espacios alternativos. Exploración que yuxtapone el arte teatral, el arte performático y la intervención de espacios físicos. MAS ALLA DE LA VIDA Y LA MUERTE toma del imaginario de César Vallejo la esencia de “Cuneiforme” “Coro de vientos” y de lo mejor de su poesía, para construir una propuesta que antepone como principio - la investigación experimental – antes de la de buscar concluir en una propuesta cotidiana. La exploración busca una “interacción e interrelación” permanente entre público y el accionista a través de la ruptura del uso formal del espacio escénico.

Acá no hay drama ni historia concreta (principio – desarrollo – conflicto - final) sino, sino, hay una constante de situaciones que procuran mantener presente un principio de “fragmentación”, o sea, situaciones o escenas no vinculadas entre sí, que buscan que el espectador termine dándole forma a través de las asociaciones que pueda hacer con la información (emocional, sensorial) adquirida en la presentación, contraponiéndola con su propia experiencia de vida.

EL TRAUMA QUE HEREDAMOS

Los eventos bélicos, críticos, caóticos, sucedidos en un país, donde la guerra y la pérdida humana son siempre una constante, dejan huella en el espíritu del ser humano, un trauma. Un suceso crítico no resuelto, no limpiado o no sanado puede ser trasmitido a las siguientes generaciones a través de tres vías: sutil o energética (información que trae el alma) genética o celular (información que traen los padres a la hora de la concepción y la gestación) y cultural (información adquirida a través del contacto con la cultura social inmediata en la que crece el ser).

Esas huellas o marcas heredadas de nuestros predecesores se manifiestan luego a través de denotadas desarmonías (enfermedades – patologías) en el plano físico – psíquico del individuo. La suma de esas desarmonías describe un país lleno de ciudadanos con un perfil de conducta psicológica definido (conformismo, corrupción, baja estima, subordinación).
En otras palabras, los traumas no sanados por las generaciones victimadas por las distintas guerras y eventos cruentos, terminan expresándose en una enfermedad social actual.

Los peruanos hemos heredado traumas desde la época incaica hemos vivido, y los recibimos a través de los genes de nuestros padres y de la cultura en la que crecemos, sin embargo, para sanarnos hay que primero curar el alma.

SANARNOS PARA SANAR A LOS QUE NOS RODEAN

La expiación de nuestros propios miedos, de nuestra propia historia, de nuestra realidad, define una manera de buscar el bien social. Cuando una persona se cura, cura su entorno (sabiduría universal).

El proyecto propone un paseo al interior del ser humano, del psiquismo de un ser afectado por la violencia social y los traumas que dejan esos encuentros causan en el mundo interno. Un viaje donde el espectador redescubrirá a través de asociaciones con su historia, lo que guarda un pueblo violentado dentro de su imaginario social, (miedo, frustraciones, fe; lo profano, lo metafórico del pensamiento, etc.).